testimonio

A QUIEN PUEDA INTERESAR


Soy Teresa tengo 46 años y desde Febrero del 2004 venia padeciendo dolores articulares.


Al principio no sabia lo que me pasaba. Los dolores empezaron por el hombro izquierdo, fueron recorriendo todas mis articulaciones, invalidando mi vida.


Poco tiempo después me diagnosticaron Artritis Reumatoide. Comencé a tomar la medicación prescrita por el Reumatólogo, me infiltraron dos veces, por Urgencias pase otras tantas, pero ni los antiinflamatorios ni la medicación me calmaban los dichosos dolores.


En una semana podía estar medio bien uno o dos días. El resto era dolor y dolor, así hasta el día en el que fui a la consulta de Pedro.


Al contrario que mucha gente, yo ya sabia que las abejas podían ayudarme, pues hacia un año mas o menos que en una comida con amigos uno de ellos me lo contó, pero me daba miedo, sólo pensar en el dolor de la picadura.


Yo seguí con mis dolores y revisiones con el Reumatólogo. Esto no mejoraba pero, según me decían, tenia que tener paciencia hasta encontrar la dosis de medicación que me fuera bien. Todo era subir dosis de pastillas y antiinflamatorios.


Un buen día, y por casualidad, este verano del 2006 me pico una abeja cuando estábamos en un restaurante mi marido y yo cenando. No supe que era una abeja hasta el día siguiente, que me picó una avispa. Lo vi claro, pues las picaduras de ambas son diferentes.


A partir de ese día cambió mi vida, sentí que los dolores ya no estaban. Sin decir nada a nadie fui dejando la medicación y con sorpresa vi que no me dolía nada. Mi estomago me lo agradeció.!! INCREIBLE, PERO CIERTO. NO ME DOLIA NADA !! todo el mes de Julio y parte de Agosto sin dolor y sin medicación.


Pero un 18 de Agosto volvió el dichoso dolor, a consecuencia de que, como no me dolía nada, yo estaba haciendo mi vida normal. Me puse a pintar la puerta de mi casa y mi mano y muñeca derecha se resintieron. Empezaron de nuevo los dolores.


Fue aquí cuando me decidí. Gracias a un amigo encontré por Internet a Pedro. Yo no iba muy convencida a las abejas, pero estaba tan desesperada que dije vamos a probar.


Me dí cuenta de que la Artritis Reumatoide dolía más que el pinchazo de las abejas. Sé que he tenido suerte gracias a la casualidad de la vida. Por eso quiero que los que tienen miedo a las abejas dejen de tenerlo y se animen a curarse con ellas.


Ahora estoy fenomenal, aunque tengo que contar que, a la segunda o tercera sesión, me desanimé un poco, pues mis dolores empeoraban, tenia mucha tristeza, pero Pedro me explicó que a esto se le llama fase de curación y gracias a sus explicaciones y sus buenas palabras continué.


Cuando escribí esto me acababan de picar y estaba fenomenal pero a las 24 horas la reacción era dolorosa, aunque no tanto como la Artritis.


Mi marido me animaba y me decía: “ya verás cuando termines y no te duela nada lo bien que vas a estar”. Tengo que decir que mi marido me ha ayudado mucho pues durante el tratamiento con la abejas yo estaba muy, pero que muy irritable.


Ahora y después de tres meses sin picaduras de abejas puedo asegurar que funciona, que te cambia la vida.

Sólo tengo buenas palabras para Pedro que, además de Apiterapeuta, también por su experiencia es un poco " Psicólogo". Él y sus abejas han cambiado mi vida.


Pedro sigo muy bien, haciendo lo que tú me dijiste y esperando a que pasen las cuatro estaciones, seguiré en contacto contigo, no me olvido de ti y de tus abejas. !Ah! te vi en televisión.


Por ultimo agradecer a Pedro su amabilidad y constancia en esta tarea, pues me ha curado física y psicológicamente. A mi marido por apoyarme y soportarme y, como no, a las abejas que ahora las conozco mejor.

Pedro un beso y gracias


Teresa

 

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