TESTIMOnio

Mi nombre es Carlos, tengo 34 años y vivo en San Fernando (Cádiz).

Mis problemas comenzaron en Enero de 2004, aunque ya llevaba arrastrando dolores de espalda desde mucho antes.

El caso es que en esas fechas sentí un dolor más intenso de lo normal en todo el brazo derecho que me venía desde el cuello y el hombro hasta los dedos de la mano. Me diagnosticaron contracturas en el trapecio, y me dijeron que era algo crónico, lo cual no eran buenas noticias para mí pues me considero una persona activa y se hablaba de limitaciones de por vida. Me recetaron relajantes musculares y me aconsejaron ir a natación, pero los relajantes no me solucionaban nada y no soy amigo de toma medicamentos en exceso, en cuanto a la piscina a veces me venía bien pero otras veces era peor que no hacer nada. Así que comencé a buscar alternativas por mi cuenta.


Poco a poco los dolores estaban minándome la moral, pues no podía esforzarme en nada, ni hacer ejercicio físico, ni siquiera trabajar con el ordenador o escribir a mano durante mucho tiempo. A todo esto se unieron algunos problemas personales y entré en una espiral de depresión y de complejo de inferioridad que antes no había experimentado.

Recibí masajes fuertes para reducir las contracturas, empecé a hacer ejercicios diarios de cuello y estiramientos, también comencé a asistir a sesiones de fisioterapia y estuve intentándolo con masajes más sutiles complementados con calor y una pequeña carga eléctrica durante un mes y medio, pero aunque todo esto me aliviaba algo, el problema continuaba.


Cuando ya llevaba un año en el que vivía básicamente para mis dolores de espalda, una resonancia magnética me dio la razón, el diagnóstico era: - pequeña protusión degenerativa entre la c-5 y la c-6, con lo cual la cosa estaba clara, había que mantener la calma, pero esto sólo podía ir a peor...


Fue entonces cuando me plantee la ozonoterapia como remedio, pero ni siquiera los médicos que la impartían me garantizaban gran cosa. Por suerte mi mujer, investigando por Internet, había localizado varios testimonios de personas que habían sido curadas de problemas más graves que el mío con algo llamado Apiterapia. Con esta extraña técnica un tal Pedro Pérez, que había salido en un programa de televisión, curaba cantidad de cosas con abejas.

Para colmo a diferencia de la ozonoterapia todos los testimonios eran favorables, lo cual no me sacaba del desconcierto..., aún así, con un poco de escepticismo al respecto, cuando salí de esa página web me quede con la mosca detrás de la oreja o mejor dicho con la abeja.

Así que ahora tenía que decidirme entre la ozonoterapia y la Apiterapia. No sé si fue mi amor por la naturaleza o el buen rollo que me comunicó Pedro por teléfono, o la fuerza del destino, el caso es que me decanté por las abejas aunque tenía que desplazarme hasta Madrid. Además, pensé –que bonito sería curarse en primavera con picaduras de abeja. Lo cierto es que siguiendo los consejos de Pedro empecé a tomar los productos de la colmena y eso hizo que efectivamente me encontrara mejor.

En mi primera sesión Pedro me transmitió el mensaje de la cura y comprendí que ya no había marcha atrás, lo que no esperaba era que a la quinta semana casi me sintiera normal. El caso es que poco a poco he ido aumentando mis actividades, el simple hecho de estar haciendo este escrito sin ningún problema ya es un triunfo, y aunque tengo aún un poco de respeto a la hora de hacer un esfuerzo brusco me he olvidado de los dolores y hago mi vida normal.

TODO GRACIAS A MI MAESTRO APITERAPEUTA PEDRO PÉREZ.
En cuanto a si se lo he contado a algún médico, hasta la fecha no, pero estoy deseando decírselo, sólo para ver que cara ponen. Yo sólo sé que la Apiterapia de mi amigo Pedro me ha curado.

 

CURANDOTE.COM
Visita todas nuestras páginas y ponnos en tus Favoritos. Recomiéndanos a tus amigos.
Ayudando a curarse a los demás, nos curamos también nosotros.
 
 
 
Submit to DiggSubmit to FacebookSubmit to Google PlusSubmit to TwitterSubmit to LinkedIn