ADVERTENCIA MUY IMPORTANTE: El veneno de abeja, en mayor medida, y los otros productos de la colmena pueden producir reacciones alérgicas en algunas personas. La información aquí contenida está realizada tan sólo con propósitos educativos y no debe de ser interpretada o usada para auto diagnosis o auto terapia. Y debe de ser siempre practicada por un médico o un apiterapeuta cualificado. 
     Una prueba de alergia previa a la utilización del veneno de la abeja es imprescindible.  

La siguiente es una relación de las preguntas más frecuentes sobre Apiterapia y  está basada en la elaborada por la American Apitherapy Society (AAS)
¿Qué es la apiterapia?

La Apiterapia nos ayuda a relacionarnos con las Abejas en todos sus aspectos - físico, mental y espiritual, y en otros que aún no conocemos -, mediante la apreciación y la comprensión del mundo de las Abejas, y el uso de lo que producen: miel, polen, jalea real, propóleo, apitoxina...

¿Cómo se usa?

Prácticos
La apiterapia es tan antigua como la misma apicultura. Sobre ella  escribió Hipócrates, y hay menciones en textos Chinos de hace 2.000 años.

La apiterapia empezó como una parte de la medicina tradicional, e, incluso hoy, la mayoría de las personas que la usan se la aplican ellos mismos o con la ayuda de prácticos que les administran la picadura.

Profesionales médicos
Muchos profesionales de la salud están empezando a usar la apiterapia, bien con la abeja viva o en inyección. Son conocidos el Dr. Theodore Cherbuliez, presidente de la American Apitherapy Society, el Dr. Stefan Stangaciu de Rumanía y el Dr. Hugo Aguirre de Argentina, por citar sólo tres de los más conocidos.

 
 
¿Cómo actúa el veneno de abeja?

Muchos insectos tienen aguijones venenosos, pero debido a que la abeja de la miel se ha domesticado y es más fácil de aplicar.

El veneno de abeja según la AAS tiene los siguientes componentes conocidos:

Melitina:
Es el responsable del dolor y el picor en el veneno de abeja. Tiene poderosas propiedades bactericidas y citotóxicas. Produce los síntomas de inflamación a través de liberación de histamina.
Estimula la pituitaria para liberar ACTH, que estimula las glándulas suprarrenales para producir cortisona natural.

Péptido 401 (Mast Cell Degranulating Peptide):
Lleva a la liberación de histamina que produce los síntomas de inflamación (hinchazón, picor, enrojecimiento, calor).
Incrementa la memoria reciente en ratas (test del laberinto).
Es 100 veces más potente como antiinflamatorio que la hidrocortisona en pruebas realizadas en ratas con artritis (Nature, Nov. 1.974).

Apamina:
Bloquea los canales Ca+ dependent K+. Refuerza la transmisión sináptica a largo plazo. Acorta la duración del  potencial de actuación de un nervio.

Hialuronidasa:
Disuelve el ácido hialurónico que conecta las células, haciendo así más permeable el tejido o el espacio extracelular. Esto facilita el transporte de las sustancias curativas y a la eliminación de los desechos o de las sustancias tóxicas del área dañada.

Dopamina (neurotransmisor):
Es un neurotransmisor que aumenta la actividad motriz. Es deficiente en pacientes con Parkinson y excesiva en pacientes sicóticos tratados con medicamentos neurolépticos. La Dopamina junto con la Serotonina y otras catecolaminas están implicadas como factores en las depresiones.

Adolapina:
Tiene un efecto analgésico.
 
 
¿Duele?

Es molesto, pero no excesivamente doloroso.

¿Tendré una reacción alérgica?

El 95 % de la población no es alérgica a las picaduras de abeja. Es la avispa la que suele causar reacciones alérgicas. Una prueba de un par de minutos resolverá el problema.

¿Durante cuanto tiempo deberé usar las picaduras?

Depende del problema, de la persona y del desarrollo alcanzado.

¿Puedo continuar tomando medicamentos?

Debe de realizarse una consulta previa a su médico.

¿Cuantas picaduras necesitaré?

Puede variar desde 1, 2 o 4 a 30 o 40, según la persona y el desarrollo alcanzado.

 

 

Pedro Pérez Gómez
Apiterapeuta



 
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